Las adquisiciones de soluciones de tecnologías de información en el pasado sólo incluían servicios de implementación o cuando mucho una póliza de incidentes en caso de presentarse algún problema con la infraestructura.
Esto tenía los beneficios de dejar la solución operando y daba cierta garantía de que se atenderían las fallas de los sistemas, sin embargo, presenta algunas limitantes como lo son:
- El personal de la empresa no conoce al 100% la forma de operar la nueva tecnología, lo que puede hacer que le tengan que invertir mucho tiempo para mantenerla operando o bien que esta se vaya degradando, afectando su operación.
- El mantenimiento de un sistema no aporta beneficios tangibles para el negocio, pero si consume valiosos recursos capacitados.
- Atender y corregir una falla es más complejo y lleva más tiempo que mantener continuamente los sistemas operando, además que tiene un impacto notorio en los usuarios del sistema.
- Dar un soporte reactivo representa un reto para las empresas, ya que no siempre tienen recursos especializados disponibles en caso de fallas, y aunque los tengan, invierten las primeras horas en realizar una revisión del entorno, validar parches y actualizaciones y tratar de hacer un diagnóstico que les permita identificar el problema.
Por estos motivos, las organizaciones están cambiando a un modelo de servicios administrados para sus sistemas.
En estos modelos, un proveedor certificado opera y mantiene su infraestructura de tecnologías de información, dejando sólo las aplicaciones de negocio a cargo del personal de sistemas de la empresa.
Algunos de los beneficios principales de este modelo son los siguientes:
- La organización no se preocupa por capacitar técnicamente a su personal en la infraestructura que adquiere, esto representa para ellos un ahorro sin sacrificar la calidad de la operación.
- La empresa contratada se encarga de operar la infraestructura de TI, dando mantenimiento a la misma y realizando cualquier cambio de configuración que solicite el cliente acorde a las mejores prácticas de la industria.
- El mantenimiento continuo de las soluciones reduce el índice de fallas en las mismas, y los niveles de servicio acordados aseguran que habrá una persona calificada en la infraestructura del cliente para atender las fallas en un menor tiempo. Inclusive antes de que el cliente reporte un problema, los sistemas de monitoreo y alertas pueden notificar al proveedor que existe un problema, ahorrando tiempo en la atención.
En resumen, los Servicios Administrados son una muy buena opción para aquellas organizaciones que desean mantener su infraestructura operando sin invertir recursos propios en esa tarea, enfocándose más a crecer su propio negocio al liberar tareas que no les corresponden.
